montse
Las tomaba cada día. Cada mañana Carla hacía de tripas corazón y se tomaba dos de aquellas verdes. Por la tarde eran tres de las blancas. Y al menos una vez cada dos días le tocaban dos de las azules. Era un gesto automático del que ya no era consciente. Casi había olvidado para qué las tomaba. Aunque de eso se trataba precisamente. De olvidar.